viernes, 29 de agosto de 2014
HIJA... ERES LA BENDICIÓN MÁS GRANDE QUE DIOS ME HA DADO
Hija: quisiera poder evitarte el dolor del aprendizaje,
pero sé que te privaría del placer de aprender. Quisiera evitarte el dolor de
las primeras frustraciones amorosas, pero te privaría de la madurez que brinda
el sufrimiento. Quisiera poder evitarte los obstáculos que sin duda surgirán
pero te privaría del orgullo de superarlos y así, descubrir tu propio poder de
mujer.
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